CATACAOS TIERRA DE JOYEROS

En Catacaos - Piura, la tradición joyera que se cultiva en esta comunidad, destaca por su producción de joyas en oro y plata y su aplicación de la técnica de filigrana, la cual consiste en transformar los metales en finísimos hilos a través del proceso de laminado y trefilado. Con esta técnica se producen los más diversos productos como: aretes, collares, sortijas, pulseras, prendedores, dijes y artísticos trabajos que representan a la variada fauna, flora y estampas típicas peruanas. Se sostiene que ésta técnica tiene influencia árabe y que es, probablemente, de origen chino o italiano; llegando a nuestro continente con la conquista española.



Uno de los productos más representativos de la producción joyera local son las “dormilonas”, hermosos y elaborados aretes de filigrana, exhibidos en todo el mundo a través de las reinas de belleza de nuestro país.


En la década de los 90´s, el Grupo Romero, uno de los grupos económicos más importantes del Perú y que inició sus actividades empresariales en esta ciudad, donó un terreno de 3200 m2 para la construcción del Centro de Desarrollo Artesanal - CEDAR ubicado en el centro de Catacaos. Aprovechando esta infraestructura, el CITE fue instalado, inaugurándose el 5 de diciembre del 2002.

Esta asociación reúne a representantes de los sectores involucrados en el quehacer artesanal local tales como los artesanos, el gobierno y la universidad, interesados en que esta actividad alcance un nivel competitivo.


El CITE Joyería Catacaos, perteneciente al sector privado y promovido por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo -MINCETUR, trabaja para generar una oferta joyera renovada, sustentada en la tradición y la innovación tecnológica, articulando eficazmente la producción con los mercados de consumo local, turístico e internacional.

LA CERAMICA DE CHULUCANAS

La cerámica de Chulucanas tiene raíces culturales profundas que nacen en las culturas prehispánicas Tallán y Vicus (500 años d.C.), extendidas en el norte del Perú. La cultura Vicús, desarrollada a escasos kilómetros de la ciudad de Chulucanas, aportó la técnica de decoración "en negativo que se ha convertido en la principal característica de la cerámica de Chulucanas. Por su parte, la cultura Tallán, desarrollada cerca a la actual ciudad de Piura, heredó la técnica del paleteado, una singular forma de modelar vasijas tan solo utilizando una paleta de madera y una piedra redondeada. Esta técnica consiste en golpear la parte externa de la vasija rítmicamente con la paleta, mientras que por el interior, con la piedra a manera de yunque, se va adelgazando y dando forma a la vasija, requiriendo de mucha práctica y habilidad del alfarero ceramista.

La producción de cerámica resurge en Chulucanas en los 60´s con los ceramistas Máx Inga Adanaque, Gerásimo Sosa Alache y José Luis Yamunaqué, hijos de alfareros, que con su imaginación y creatividad rescataron la técnica de los Vicús y los Tallanes. Estos jóvenes fueron los impulsores de la cerámica, gracias a la influencia de la hermana religiosa Gloria Joyce, quien los llevó a exponer su talento a los EE.UU. A partir de entonces, su inquietud los hizo investigar más en la cerámica de los Vicús, aportándole su creatividad y propuestas modernas; constituyéndose en los antecesores de muchos jóvenes ceramistas.

Más adelante, con el proyecto ADEX-MSP USAID, se impulsa el trabajo de notables artesanos ceramistas como Gerásimo Sosa y Santodio Paz, dando a conocer la técnica de Chulucanas al mercado externo, con productos orientados a cubrir esa demanda.