LA CERAMICA DE CHULUCANAS

La cerámica de Chulucanas tiene raíces culturales profundas que nacen en las culturas prehispánicas Tallán y Vicus (500 años d.C.), extendidas en el norte del Perú. La cultura Vicús, desarrollada a escasos kilómetros de la ciudad de Chulucanas, aportó la técnica de decoración "en negativo que se ha convertido en la principal característica de la cerámica de Chulucanas. Por su parte, la cultura Tallán, desarrollada cerca a la actual ciudad de Piura, heredó la técnica del paleteado, una singular forma de modelar vasijas tan solo utilizando una paleta de madera y una piedra redondeada. Esta técnica consiste en golpear la parte externa de la vasija rítmicamente con la paleta, mientras que por el interior, con la piedra a manera de yunque, se va adelgazando y dando forma a la vasija, requiriendo de mucha práctica y habilidad del alfarero ceramista.

La producción de cerámica resurge en Chulucanas en los 60´s con los ceramistas Máx Inga Adanaque, Gerásimo Sosa Alache y José Luis Yamunaqué, hijos de alfareros, que con su imaginación y creatividad rescataron la técnica de los Vicús y los Tallanes. Estos jóvenes fueron los impulsores de la cerámica, gracias a la influencia de la hermana religiosa Gloria Joyce, quien los llevó a exponer su talento a los EE.UU. A partir de entonces, su inquietud los hizo investigar más en la cerámica de los Vicús, aportándole su creatividad y propuestas modernas; constituyéndose en los antecesores de muchos jóvenes ceramistas.

Más adelante, con el proyecto ADEX-MSP USAID, se impulsa el trabajo de notables artesanos ceramistas como Gerásimo Sosa y Santodio Paz, dando a conocer la técnica de Chulucanas al mercado externo, con productos orientados a cubrir esa demanda.

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